Una vez recomendaron a cierta persona, una idea que me ha parecido muy graciosa.
En sus actividades diarias de forma aparente se gestionaba bien, pero podía hacerlo mejor con la utilización según las recomendaciones del uso sobre ese carácter y mano dura, de unos guantes de seda. Esto para garantizarle una gestión mas vertiginosa de éxitos.
Manos de hierro y guantes de seda es una expresión muy utilizada, ante circunstancias del management y relaciones personales.
A menudo como forma de equilibrar, a pesar de ser necesario un carácter un tanto rudo aunque no en exceso, quien dirige debe ser portador de los guantes de seda.
No es un hecho extraño observar que cuando se intenta ser blando o condescendiente puede existir tras esa acción, percepciones de terceros de debilidad, y consecuentemente aprovechadas en intereses particulares.
Es un tanto difícil en la posición, darse cuenta oportunamente de excesos tanto de rudeza como de de condescendencia, pues simplemente la seguridad de obtener y mantener ciertas condiciones, evita apreciar con certeza la realidad.
La seda dentro de sus características abarca lo siguiente: Brillante, fina, suave, lisa y crujiente, no arde, es elástica, retiene el agua, se arruga bastante y no es atacada por los insectos.
Hay comportamientos que como la seda, se deslizan suavemente sobre la piel y de la misma forma la actitud que se adopta ante diversas circunstancias es la clave encriptada que vamos descifrando a través de experiencias.
La diversidad de posturas, no aparta de la coherencia, y los guantes de seda no son un camuflaje.
Sin embargo hay que tener en cuenta y tener cuidado, pues aunque parezcamos de hierro, es mejor ser auténtic@s.
Sin embargo hay que tener en cuenta y tener cuidado, pues aunque parezcamos de hierro, es mejor ser auténtic@s.
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