Hay que tratar de no olvidar quienes somos.
La necesidad de adaptación en ocasiones nos hace olvidar y replantearnos en comportamientos no usuales y que no son positivos.
El miedo al rechazo impide que afloren nuestras verdades.
Esas verdades ocultas pueden ser parte de la solución.
Aparentar lo que queremos ser, es la ilusión que todos compramos. Sin embargo las apariencias solo serán una fachada que nos alejará de lo que somos.
Ser uno mismo es una garantía digna para triunfar ante circunstancias variantes y dinámicas.
No está de más ejemplarizarlo desde el siguiente punto de vista:
Si observamos parte de los mayores fracasos y escándalos financieros ó de relaciones sociales encontraremos en ellos fachadas que se alejan de una realidad diáfana.
Quieren ser lo que no son y también prefieren aparentarlo, pero se alejan de sus orígenes, y pierden el enfoque, deseando y materializando siempre a través de artimañas mantenerse donde no pueden:
ENRON: En manos de Lay y Skilling, querían mostrar y aparentar una imagen financiera positiva, cuando aún teniendo en cuenta un futuro desastre, prefirieron simular ser, lo que no eran.
WORLDCOM: Registraron como inversiones de capital, los costos de líneas que pagaban a otras compañías del negocio de telecomunicaciones.
PARMALAT: Ofrecieron en forma fraudulenta pagarés senior garantizados a inversionistas norteamericanos, sobreestimando significativamente los activos y pasivos de la compañía. Engañaron y falsificaron documentos bancarios.
Producto de estos escándalos se crean herramientas y mecanismos como las leyes: USA Patriot, Victory Act y Sarbanes Oxley, pero que a veces dudo si realmente son efectivas.
Pero las fachadas también se observan día a día en nuestras relaciones sociales.
Tratamos de adaptarnos para aparentar encajar, convirtiéndonos en un estereotipo que no entra en conflictos y que refleja lo que se quiere ver.
Es el caso de un error frecuente en las relaciones de pareja. Dejamos de ser nosotros mismos para agradar o simplemente lograr objetivos que entendemos acertados. Cambiamos nuestra configuración personal, adaptándola a un parecer ajeno y perdiendo espacio, muchas veces irrecuperable solo para empalmar o mantenernos.
Sin dudas, estoy convencida y comparto la opinión de Miguel Servet y Gerg Simmel:
“Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace”.
“Todos somos fragmentos no sólo del hombre en general, sino de nosotros mismos”.
“Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace”.
“Todos somos fragmentos no sólo del hombre en general, sino de nosotros mismos”.
Interesante frase la de: “Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace”.
Me la apunto.
salu2.
De acuerdo. A mi me pareció estupenda y muy realista.